Adaptaciones estructurales:
En el curso de la evolución, los organismos han experimentado sucesivas adaptaciones estructurales cuando el medio ambiente cambio o cuando emigraron a un nuevo medio ambiente. Como resultado de las readaptaciones sucesivas muchos organismos actuales poseen estructuras o mecanismos fisiológicos inútiles e incluso nocivos, que en un tiempo le brindaron ventajas manifiestas cuando el organismo estaba adaptado a un medio diferente.
Las adaptaciones de diversas partes de la boca de algunas animales a los alimentos que ingieren figuran entre las más sorprendentes que pueden citarse. Las partes bucales de algunos insectos están adaptadas para aspirar el néctar de ciertas especies de plantas; en otros, la adaptación es para chupar sangre por picadura o para mascar vegetales. Los picos de varias clases de aves y los dientes de algunos mamíferos pueden adquirir gran adaptación para tipos peculiares de alimentos.
En muchos animales, la adaptación especializada a cierto genero de vida es simplemente la ultima fase de una cambiante sucesión de adaptaciones. Por ejemplo tanto el hombre como el babuino, cuyos inmediatos antecesores eran arborícolas, regresaron a la superficie del terreno, de modo que se readaptaron a la marcha.
Tenemos como ejemplo el caso de los canguros trepadores de Australia son descendiente de marsupiales de vida exclusivamente en el suelo; de estos derivaron formas que por radiación adaptativa volvieron a los árboles y se desarrollaron miembros adaptados para trepar. Algunos de estos marsupiales dejaron de nuevo los árboles y se readaptaron a la vida del terreno, con alargamiento de las extremidades posteriores como las conocemos hoy día en los canguros, adaptados a la marcha a saltos. Algunos de estos canguros recurrieron por tercera vez a los árboles, pero sus patas estaban ya tan especializadas al salto que no podían asirse a un tronco, de modo que hoy trepan abrazándose a ellos, a la manera de un oso.
Adaptaciones fisiológicas:
Uno de los tipos de mutaciones favorables es la que abrevia la temporada del crecimiento de un vegetal o del tiempo total necesario para que un insecto llegue a la fase adulta. Estas mutaciones permiten que un organismo sobreviva más alejado del ecuador, lo que le brinda nuevas áreas de espacio vital y nuevas fuentes de alimento.
Otros seres han resuelto el problema de vivir en las regiones polares mediante el recurso de quedar adormecidos durante la estación más fría o por migración. Muchas aves, pero solo unos pocos mamíferos emigran hacia el sur para evitar los crudos meses del invierno.
Otros mamíferos (monotremas, musarañas, roedores y murciélagos) se adormecen durante las temporadas invernales.
Las aves y los mamíferos son los únicos seres con mecanismos reguladores de la temperatura interna, que se mantiene constante a pesar de grandes fluctuaciones de la externa. Estos animales termostatitos se denominan homeotermos (sangre caliente) por contraste, los peces, anfibios, reptiles y todos invertebrados son poiquilotermos (sangre fría), puesto que su temperatura es casi la misma que la del ambiente.
Los peces de mar están adaptados a sobrevivir dentro de cierta gama de presiones, y por lo tanto a una profundidad determinada. En consecuencia, los animales de la superficie perecen aplastados por las enormes presiones de la profundidad, mientras que los abismales estallan en la superficie. Por ejemplo: la ballena, por excepción puede sufrir grandes diferencias de presión, hasta la de 800 metros, al parecer sin inconveniente. Se supone que los alvéolos pulmonares se colapsan al llegar la presión a cierto punto y los gases no pasan a la sangre.
Adaptaciones al color:
Las adaptaciones para supervivencia son evidentes en el color y disposición de plantas y animales, así como en su estructura y procesos fisiológicos. Los especialistas en ecología reconocen tres tipos de adaptación al color: coloración protectora o de ocultación, que permite al organismo entonar con el fondo y pasar así inadvertido a sus enemigos; coloración de aviso, la cual consiste en tonos brillantes y visibles, llevados por los animales venenosos o de gusto repulsivo para advertir a los posibles enemigos de presa que vale mas que no los devoren, y mimetismo con el cual el animal toma el aspecto de otro ser vivo o incluso de un objeto inanimado.
La coloración protectora puede servir para ocultar al animal que desea escapar a un enemigo potencial, o ser adoptada por dicho enemigo con el fin de pasar inadvertido a su posible presa.
Si un animal esta equivocado de colmillos distribuidores de ponzoña, mecanismos hara aguijonear reservas de productos químicos que les den sabor repulsivo, es ventajoso para ellos que esta cualidad sea bien conocida, por lo que es frecuente que los seres de este tipo exhiben colores de advertencia.
Sirve de ejemplo interesante un sapo europeo con piel abdominal intensamente roja; este animal dispone de unas glándulas cutáneas cuya secreción les comunica sabor muy desagradable.
Adaptaciones mutuas entre especies:
La evolución y adaptación de cada especie no se ha cumplido en un vació biológico, independiente de las otras formas: antes al contrario, muchas especies ejercen influencia indudable sobre la adaptación de otras. El resultado ha sido que ciertos organismos vivan en estado de dependencia mutua de insectos.
Estos, son necesarios para la polinización de mucos vegetales; algunos dependen tanto de insectos que no podrían sobrevivir sin su presencia.
Aves, murciélagos y hasta caracoles se sabe que sirven como vectores del polen, pero sin duda los insectos son en esto los animales más activos. Las plantas en floración brindan fragancias exquisitas y colores brillantes, probablemente con el fin de atraer aves e insectos que aseguren su polinización.
Algunas de las adaptaciones entre especies son tan precisas que una no podría vivir en una comarca sin la otra.
Un ejemplo claro de este tipo de adaptaciones podría ser el de la Yuca, una mariposa y un insecto. El insecto, por una serie de actos no aprendidos previamente, llega a la flor de Yuca, recoge una cantidad de polen y lo lleva a la flor. En esta alarga su ovario floral y deposita un óvulo; después coloca cuidadosamente algo de polen sobre el estigma. La yuca, en esta forma, asegura que será fertilizada y producirá semillas; la larva de la mariposa se alimenta de las mismas. El vegetal productor de muchas semillas, no queda perjudicado por las que ofrece al insecto.
Adaptaciones de las Aves: Anatomía y fisiología
La mayoría de las aves puede volar y desciende de antepasados que podían hacerlo, aunque hay especies, que se han extinguido, que no eran voladoras. Además, el cuerpo de las aves está modificado para aumentar la eficacia del vuelo. Los huesos de los dedos y las articulaciones de las patas delanteras están fusionados formando un soporte rígido para las grandes plumas de vuelo de las alas. También existe fusión ósea en el cráneo y en la cintura pelviana, así se obtiene una mayor resistencia y ligereza. En las aves adultas muchos de los huesos están huecos, carecen de médula y están conectados con un sistema de sacos o bolsas aéreos dispersos por todo el cuerpo. El esternón, o hueso del pecho, de la mayoría de ellas es grande y tiene una quilla o cresta central llamada Carina. El esternón y la Carina soportan algunos de los principales músculos utilizados en el vuelo. En las aves de la subclase Ratites -como el avestruz, el kiwiy afines- que han perdido la capacidad de volar, el esternón tiene un tamaño más reducido y la Carina se ha perdido.
Las mandíbulas de las aves actuales se alargan como picos sin dientes y están cubiertas con una capa córnea llamada la ranfoteca. En la mayoría de las especies es dura, pero también puede ser correosa, como en los andarríos y en los patos. La ausencia de dientes reduce el peso del cráneo.
Las aves no tienen glándulas sudoríferas y no pueden enfriar su cuerpo por transpiración. Durante el vuelo, el calor se dispersa con el paso del aire a través de su sistema de sacos aéreos y, cuando están en reposo, jadeando.
Una técnica de supervivencia durante el invierno, muy común en los mamíferos, pero rara en las aves, es la disminución del ritmo de los procesos fisiológicos. Esto incluye la reducción de la temperatura corporal y, en los casos extremos, se alcanza la hibernación. Durante mucho tiempo se pensó que las aves no hibernaban. Sin embargo, las últimas investigaciones demuestran que diversas especies de chotacabras, vencejos y colibríes del desierto o de áreas de alta montaña, donde las noches de invierno son muy frías, pueden entrar en un estado de letargo, similar a la hibernación, para conservar energía.
LOS RIESGOS QUE ESTAN SOMETIDOS LOS CORALES
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Aproximadamente una tercera parte de las especies coralinas del mundo podría desaparecer según un reciente estudio publicado en la revista Science.
Los investigadores dicen que el cambio climático, la urbanización en zonas costeras, la sobre pesca y la contaminación son las principales amenazas.
Se trata del primer estudio que evalúa los riesgos de extinción de todas las especies que producen los arrecifes coralinos.
Según los científicos, las perspectivas son sombrías en vista del calentamiento global.
Alex Rogers de la Sociedad Zoológica de Londres, uno de los 39 científicos involucrados en el estudio dice: "No es sólo el hecho que un tercio de los corales que forman los arrecifes está amenazado, pero podríamos estar enfrentados a la pérdida de grandes áreas de estos ecosistemas en 50 a 100 años".
Las emisiones de gases que producen el efecto invernadero están calentando los océanos y volviéndolos más acídicos.
El Niño
El fenómeno El Niño en 1997 y 1998 incrementó la temperatura de las aguas lo suficiente para eliminar aproximadamente 16% de los arrecifes del mundo.
Cuando las aguas se calientan, pólipos coralinos expulsan los organismos que viven en una relación simbiótica con el coral.
Los corales pierden el color y los arrecifes se destiñen y empiezan a morir por la falta de
nutrientes.
Condiciones extremas hacen al coral más susceptible a las enfermedades. |
Uno de los sitios donde el ciclo de destrucción es más evidente es en el mar Caribe.
El desarrollo de las áreas costeras y el desagüe de los productos agrícolas también causan estragos.
Los corales están siendo sofocados por un tipo de algas marinas cuyo crecimiento es estimulado por los fertilizantes que utilizan los agricultores.
Al mismo tiempo, la sobre pesca está eliminando los peces que se alimentan de este tipo de algas.
La pesca de arrastre y, sobre todo, la que hace uso de explosivos también contribuye a la destrucción de los corales.
En estas condiciones, los corales son presa fácil de enfermedades, como la enfermedad de banda blanca que ha diezmado la población de los corales tipo cuerno de ciervo y cuerno de alce.
La relación entre los corales y las algas es muy estrecha. |
Los arrecifes protegen las costas y atraen turistas. Muchos peces necesitan de los corales para sobrevivir.
Pero no es solo la naturaleza la que queda impactada cuando muere un arrecife.
"Las implicaciones son absolutamente asombrosas - no sólo para la biodiversidad sino para la economía", dice Alex Rogers.
La ONU estima que el valor económico que los corales aportan a la humanidad cada año está entre US$30.000 millones y US$80.000 millones.
Según el organismo, el valor de un arrecife es 500 veces mayor que el costo de protegerlo.