Un planeta sano necesita bosques sanos. Los bosques prósperos regulan el ciclo del agua y estabilizan los suelos. Los bosques también ayudan a moderar el clima absorbiendo y almacenando dióxido de carbono. Además de estos servicios como ecosistema, los bosques proporcionan hábitat para flora y fauna diversa, ofrecen posibilidades culturales, espirituales y de ocio, y proporcionan una gran variedad de alimentos, medicinas y de madera.
Casi 4.000 millones de hectáreas de bosque cubren la superficie de la tierra, algo más del 30% de su área total. Aunque son extensos, los bosques del mundo se han reducido un 40% desde que la agricultura comenzó hace 11.000 años. Tres cuartas partes de esta pérdida ocurrieron durante los dos siglos pasados cuando se despejaba la tierra para construir granjas y abastecer la demanda de madera.
Durante los cinco años pasados, el mundo sufrió una pérdida neta de unas 37 millones de hectáreas de bosque, según datos de la United Nations Food and Agriculture Organization (FAO de Naciones Unidas). Este número refleja la tala de 64,4 millones de hectáreas de árboles y la plantación o la regeneración natural de 27,8 millones de hectáreas de nuevo bosque. Cada año el mundo pierde cerca de 7,3 millones de hectáreas de bosque, una área del tamaño de Panamá. Debido a la extensa repoblación forestal, esta contracción neta del bosque se ha ralentizado levemente desde los 8,9 millones de hectáreas perdidas anualmente en los años 90. A pesar de este signo positivo, no compensa el hecho de que la tala masiva de árboles no ha disminuido significativamente desde el 2000.
Durante los cinco años pasados, el mundo sufrió una pérdida neta de unas 37 millones de hectáreas de bosque, según datos de la United Nations Food and Agriculture Organization (FAO de Naciones Unidas). Este número refleja la tala de 64,4 millones de hectáreas de árboles y la plantación o la regeneración natural de 27,8 millones de hectáreas de nuevo bosque. Cada año el mundo pierde cerca de 7,3 millones de hectáreas de bosque, una área del tamaño de Panamá. Debido a la extensa repoblación forestal, esta contracción neta del bosque se ha ralentizado levemente desde los 8,9 millones de hectáreas perdidas anualmente en los años 90. A pesar de este signo positivo, no compensa el hecho de que la tala masiva de árboles no ha disminuido significativamente desde el 2000.
África perdió 64 millones de hectáreas de bosque entre 1990 y 2005, el mayor descenso entre todos los continentes. La recolección de leña lidera gran parte del agotamiento de los bosques. La exportación de madera también juega un papel importante, con el 80% de la producción de la madera de la cuenca del Congo siendo exportada principalmente a China y a la Unión Europea.
Suramérica ha acumulado la segunda mayor pérdida de bosque desde 1990, -59 millones de hectáreas-, y la deforestación se ha acelerado durante los cinco años pasados, a partir de 3,8 millones de hectáreas al año durante los años 90 a 4,3 millones de hectáreas anualmente desde 2000. Esta reciente aceleración refleja la pérdida neta de Brasil de 16 millones de hectáreas entre el 2000 y el 2005, - tres cuartas partes del total regional. Si la tala de árboles en el Amazonas continúa desenfrenada, el bosque húmedo más grande del mundo será reducido al 60% de su tamaño actual antes del 2050.
Asia perdió 8 millones de hectáreas netas en los años 90 pero ganó una 5 millones de hectáreas netas entre el 2000 y el 2005. Este cambio de dirección es debida a un esfuerzo masivo de repoblación forestal en China, que informó de la plantación de 20 millones de hectáreas de árboles entre 2000 y 2005, con más de un tercio de esta área en forma de plantaciones. Esta tasa de crecimiento, más del doble en relación a la anterior década, es en gran parte el resultado de laprohibición de tala en China, una política decretada después de la extensa tala de árboles en los tramos superiores del valle del río Yangtzé, que dejaron los campos vulnerables a las severas inundaciones de 1998.
Desafortunadamente, la prohibición de tala en China ha conducido simplemente la tala de árboles a otra parte, mientras China continúa siendo el mayor importador y procesador de madera del mundo. El sur y el sureste asiático perdió cerca de 14 millones de hectáreas de bosque durante los pasados cinco años. Los bosques naturales de Indonesia, perdiendo 2 millones de hectáreas al año, han sufrido la tala más fuerte y podrían desaparecer en el plazo de 10 años a medida que dejan paso a las plantaciones madereras y de aceite de palma.
Rios, lagos, pantanos que se han secado o que han retrocedido en el mundo
Los principales ríos y lagunas de Petén se han secado, mientras otros han reducido su nivel de manera alarmante en el transcurso del año. Ello, debido al drástico cambio climático, la deforestación y el deterioro de las principales cuencas, según ambientalistas y autoridades de Petén.
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, en ese departamento el agotamiento de los principales afluentes naturales ha sido ocasionado por el cambio climático y la destrucción de los bosques y las principales cuencas, así como por el uso irracional del vital líquido.
En total, cinco ríos y lagunas se han secado en la región: El Río Subín, que drena agua por los municipios de San Francisco, La Libertad y Sayaxché y desemboca en el río La Pasión; así como las lagunas El Perú y El Picudo, ubicadas en el interior del Parque Nacional Laguna del Tigre, en San Andrés.
Las autoridades han informado que en los últimos 45 días el nivel de los ríos Mopán, Usumacinta, Salinas y La Pasión, que tienen cuencas internacionales, ya que drenan agua a Belice y México, han bajado su nivel de manera alarmante debido a la falta de lluvias en la zona.
Álex Trujillo, delegado departamental del Ministerio de Ambiente en Petén, dijo que, según estudios realizados, otros de los factores del agotamiento de agua en los afluentes naturales son la escasez de lluvias y a la incapacidad de almacenamiento del suelo por la poca temporada invernal, así como la ocurrencia del fenómeno en relación con el ciclo vegetativo anual (fenómenos de El Niño y de La Niña).
INCENDIOS FORESTALES
Los silvicultores suelen distinguir entre tres tipos de incendio forestal: los fuegos de suelo, que queman la capa de humus del suelo del bosque pero no arden de forma apreciable sobre la superficie; los fuegos de superficie, que queman el sotobosque y los residuos superficiales; y los fuegos de corona, que avanzan por las copas de los árboles o arbustos. No es infrecuente que se produzcan dos o tres de estos tipos de incendio al mismo tiempo. Los programas de lucha contra el fuego son frecuentes en muchos países, e incluyen la prevención de incendios, la lucha contra incendios y el uso del fuego en la gestión de los suelos. Esta técnica de deforestación, muy utilizada para despejar grandes Áreas de bosque con fines agrícolas y otros, es muy dañina para el medio ambiente. La gran cantidad de dióxido de carbono desprendida contribuye al efecto invernadero. La desaparición de los árboles y la cubierta vegetal destruye habitats, acelera la erosión y multiplica la carga de sedimentos de los ríos, haciendo que las inundaciones estaciónales sean mucho más graves.
Tipos de Incendio y Sus Consecuencias

Existen varias formas en que la vegetación se quema, y cada una con su consecuencia. Estepa patagónica Los llamados pastizales corresponden a la estepa patagónica, cubierta en su mayoría por pastos secos como el coirón, unos matorrales bajos y semiesféricos. A esto se le suman sauces en los cauces de los arroyos y arbustos espinosos desperdigados por el medio de la nada.
Estos pastos no se queman como usualmente se ven en otras partes del país. Los pastos de la estepa se queman a mucha temperatura y producen mucha llama. Cuando el viento este en calma, se queman lentamente, pero cuando el viento sopla, las llamas son llevadas como la espuma de las olas, haciendo que el fuego avance a una velocidad vertiginosa. Ni siquiera los caminos son capaces de detener el avance d e un fuego con viento.
Cuando el fuego ha pasado, no queda nada sobre y debajo del suelo. Si la combustión fue rápida hay una probabilidad de que las raíces hayan sobrevivido, y la planta vuelve a recuperarse en un lapso de dos o tres años. Si no es así le demandara un poco más de tiempo, pero no más de diez años. El problema es que al no haber vegetación el suelo queda expuesto. El viento hace un trabajo erosionador impresionante. En días de viento, a muchos kilómetros de distancia se ven las columnas de polvo elevarse en los cerros. Es ese mismo polvo que se junta formando dunas y ayudando a la desertificación de la Patagonia. Cuando llueve, el panorama no es mucho mejor, ya que el agua se lleva gran parte del suelo expuesto, dejando profundos surcos y causando aluviones de barro que cubren lo que queda intacto.
El incendio de bosques, árboles en general, es más complejo. Pero puede ser reducido a dos aspectos básicos: el fuego de copa y el fuego de sotobosque. El fuego de copa es el más peligroso. Es cuando el viento sopla con furia. Todo el follaje del árbol arde al mismo tiempo en una gigantesca llamarada. El calor generado ronda los 600 a 1000 grados, e incluso puede alcanzar los 1500. Serviría para derretir el hierro. Como en un bosque un árbol no se quema solo, el efecto es abrumador. Esta gran masa incandescente eleva tanto la temperatura del aire que genera su propio microclima, absorbiendo aire y expulsando el aire caliente en una turbulencia que tiende a girar sobre si mismo, generando una especie de tornado al revés.

En esta turbulencia son lanzadas ramas y hojas encendidas en lo que es una verdadera lluvia de fuego, que luego encienden más árboles a cientos de metros de distancia. El sonido que produce este tipo de fuego es ensordecedor. Nadie puede dejar de estremecerse ante el fragor de una tormenta de fuego con llamas que alcanzan el centenar de metros de altura. Es este tipo de fuego que merece el titulo de "incontrolable".
El segundo tipo de fuego es cuando no hay viento. Los árboles se queman lentamente y las llamas consumen las plantas del sotobosque. Es posible caminar con relativa seguridad al lado del fuego. Es aquí donde los brigadistas pueden trabajar en su lucha por cercar, controlar y apagar el fuego. Mientras que en el fuego de copa el viento a veces hace que un árbol queme sus hojas pero no el tronco (lo que en cierta forma es una ventaja, ya que el árbol no muere y en dos años esta brotando de nuevo) en el fuego de sotobosque todo se quema lento y a fondo. Incluso las raíces se queman a varios metros bajo el suelo. Pueden estar quemándose semanas antes de apagarse, y hacer que un fuego rebrote en cualquier momento, en cualquier parte.
Asia perdió 8 millones de hectáreas netas en los años 90 pero ganó una 5 millones de hectáreas netas entre el 2000 y el 2005. Este cambio de dirección es debida a un esfuerzo masivo de repoblación forestal en China, que informó de la plantación de 20 millones de hectáreas de árboles entre 2000 y 2005, con más de un tercio de esta área en forma de plantaciones. Esta tasa de crecimiento, más del doble en relación a la anterior década, es en gran parte el resultado de laprohibición de tala en China, una política decretada después de la extensa tala de árboles en los tramos superiores del valle del río Yangtzé, que dejaron los campos vulnerables a las severas inundaciones de 1998.
Desafortunadamente, la prohibición de tala en China ha conducido simplemente la tala de árboles a otra parte, mientras China continúa siendo el mayor importador y procesador de madera del mundo. El sur y el sureste asiático perdió cerca de 14 millones de hectáreas de bosque durante los pasados cinco años. Los bosques naturales de Indonesia, perdiendo 2 millones de hectáreas al año, han sufrido la tala más fuerte y podrían desaparecer en el plazo de 10 años a medida que dejan paso a las plantaciones madereras y de aceite de palma.
Rios, lagos, pantanos que se han secado o que han retrocedido en el mundo
Los principales ríos y lagunas de Petén se han secado, mientras otros han reducido su nivel de manera alarmante en el transcurso del año. Ello, debido al drástico cambio climático, la deforestación y el deterioro de las principales cuencas, según ambientalistas y autoridades de Petén.
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, en ese departamento el agotamiento de los principales afluentes naturales ha sido ocasionado por el cambio climático y la destrucción de los bosques y las principales cuencas, así como por el uso irracional del vital líquido.
En total, cinco ríos y lagunas se han secado en la región: El Río Subín, que drena agua por los municipios de San Francisco, La Libertad y Sayaxché y desemboca en el río La Pasión; así como las lagunas El Perú y El Picudo, ubicadas en el interior del Parque Nacional Laguna del Tigre, en San Andrés.
Las autoridades han informado que en los últimos 45 días el nivel de los ríos Mopán, Usumacinta, Salinas y La Pasión, que tienen cuencas internacionales, ya que drenan agua a Belice y México, han bajado su nivel de manera alarmante debido a la falta de lluvias en la zona.
Álex Trujillo, delegado departamental del Ministerio de Ambiente en Petén, dijo que, según estudios realizados, otros de los factores del agotamiento de agua en los afluentes naturales son la escasez de lluvias y a la incapacidad de almacenamiento del suelo por la poca temporada invernal, así como la ocurrencia del fenómeno en relación con el ciclo vegetativo anual (fenómenos de El Niño y de La Niña).
INCENDIOS FORESTALES
Los Incendios forestales: son fuegos naturales o provocados que queman la vegetación de un bosque. Los silvicultores suelen distinguir entre tres tipos de incendio forestal: los fuegos de suelo, los fuegos de superficie y los fuegos de corona. ¿Qué se puede hacer al respecto?
Los silvicultores suelen distinguir entre tres tipos de incendio forestal: los fuegos de suelo, que queman la capa de humus del suelo del bosque pero no arden de forma apreciable sobre la superficie; los fuegos de superficie, que queman el sotobosque y los residuos superficiales; y los fuegos de corona, que avanzan por las copas de los árboles o arbustos. No es infrecuente que se produzcan dos o tres de estos tipos de incendio al mismo tiempo. Los programas de lucha contra el fuego son frecuentes en muchos países, e incluyen la prevención de incendios, la lucha contra incendios y el uso del fuego en la gestión de los suelos. Esta técnica de deforestación, muy utilizada para despejar grandes Áreas de bosque con fines agrícolas y otros, es muy dañina para el medio ambiente. La gran cantidad de dióxido de carbono desprendida contribuye al efecto invernadero. La desaparición de los árboles y la cubierta vegetal destruye habitats, acelera la erosión y multiplica la carga de sedimentos de los ríos, haciendo que las inundaciones estaciónales sean mucho más graves.
Tipos de Incendio y Sus Consecuencias
Estos pastos no se queman como usualmente se ven en otras partes del país. Los pastos de la estepa se queman a mucha temperatura y producen mucha llama. Cuando el viento este en calma, se queman lentamente, pero cuando el viento sopla, las llamas son llevadas como la espuma de las olas, haciendo que el fuego avance a una velocidad vertiginosa. Ni siquiera los caminos son capaces de detener el avance d e un fuego con viento.
Cuando el fuego ha pasado, no queda nada sobre y debajo del suelo. Si la combustión fue rápida hay una probabilidad de que las raíces hayan sobrevivido, y la planta vuelve a recuperarse en un lapso de dos o tres años. Si no es así le demandara un poco más de tiempo, pero no más de diez años. El problema es que al no haber vegetación el suelo queda expuesto. El viento hace un trabajo erosionador impresionante. En días de viento, a muchos kilómetros de distancia se ven las columnas de polvo elevarse en los cerros. Es ese mismo polvo que se junta formando dunas y ayudando a la desertificación de la Patagonia. Cuando llueve, el panorama no es mucho mejor, ya que el agua se lleva gran parte del suelo expuesto, dejando profundos surcos y causando aluviones de barro que cubren lo que queda intacto.
El incendio de bosques, árboles en general, es más complejo. Pero puede ser reducido a dos aspectos básicos: el fuego de copa y el fuego de sotobosque. El fuego de copa es el más peligroso. Es cuando el viento sopla con furia. Todo el follaje del árbol arde al mismo tiempo en una gigantesca llamarada. El calor generado ronda los 600 a 1000 grados, e incluso puede alcanzar los 1500. Serviría para derretir el hierro. Como en un bosque un árbol no se quema solo, el efecto es abrumador. Esta gran masa incandescente eleva tanto la temperatura del aire que genera su propio microclima, absorbiendo aire y expulsando el aire caliente en una turbulencia que tiende a girar sobre si mismo, generando una especie de tornado al revés.
El segundo tipo de fuego es cuando no hay viento. Los árboles se queman lentamente y las llamas consumen las plantas del sotobosque. Es posible caminar con relativa seguridad al lado del fuego. Es aquí donde los brigadistas pueden trabajar en su lucha por cercar, controlar y apagar el fuego. Mientras que en el fuego de copa el viento a veces hace que un árbol queme sus hojas pero no el tronco (lo que en cierta forma es una ventaja, ya que el árbol no muere y en dos años esta brotando de nuevo) en el fuego de sotobosque todo se quema lento y a fondo. Incluso las raíces se queman a varios metros bajo el suelo. Pueden estar quemándose semanas antes de apagarse, y hacer que un fuego rebrote en cualquier momento, en cualquier parte.